Bebidas azucaradas: Los riesgos para la salud oral

Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, cada vez apetecen más determinadas bebidas refrescantes que, en muchos casos, tienen un alto nivel de azúcar. Los refrescos, zumos, bebidas alcohólicas o las bebidas energéticas comprometen nuestra salud debido a su alto contenido en azúcar, influyendo en el aumento de los casos de obesidad y atentando también contra nuestra salud oral.

Bebidas azucaradas

Estas bebidas azucaradas, que son altamente consumidas por la población mundial, no solo estropean los dientes y encías, sino que tienen una incidencia negativa en la salud general de las personas. Es por ello, que conviene controlar su consumo y reducirlo al máximo sino queremos desarrollar determinadas enfermedades que, en el caso de nuestra boca, tienen su efecto más común en la generación de caries.

¿Por qué afectan las bebidas azucaradas a la salud bucodental?

El consumo de estas bebidas no entraña un problema únicamente por su alto contenido en azúcar, sino por la presencia de otros componentes comunes como la cafeína o el sodio. Además, hay que tener en cuenta que algunas de estas bebidas, como sucede con las energética, tienen componentes ácidos y que su pH es, por lo general, inferior a 5,5.

La combinación de azúcares y un pH ácidos ocasiona un mayor riesgo de padecer caries y la acidez, además, debilita el esmalte dental y lo erosiona. Todo esto tiene consecuencias negativas sobre la sensibilidad dental, provocando en algunos casos extremos, incluso la pérdida de alguna pieza.

Para impedir que esto ocurra, además de limitar el consumo de estas bebidas, conviene saber cuáles son las pautas fundamentales para conseguir una higiene óptima después de beberlas.

Pautas saludables de higiene

Para evitar que la caries haga mella en la salud dental, como consecuencia del consumo de bebidas azucaradas, es importante tener en cuenta lo siguientes consejos:

  • Beber refrescos con moderación (si es que lo hace).
  • Usar una pajita para que los dientes estén menos expuestos al azúcar y al ácido de la bebida.
  • Tomar un trago de agua después de una bebida azucarada o ácida para ayudar a enjuagarse la boca y diluir los azúcares.
  • Proteger los dientes usando pasta dental con flúor. Además, después de tomar bebidas azucaradas o ácidas no es recomendable cepillar los dientes inmediatamente, sino esperar por lo menos 45 minutos para que éstos puedan recuperarse y el esmalte pueda volver a endurecerse antes del cepillado.
  • No beber una bebida azucarada o ácida lentamente o durante mucho tiempo. Al hacerlo, los dientes quedan expuestos a ataques de azúcar y ácido por más tiempo.
  • No beber nunca bebidas azucaradas o ácidas antes de acostarse.
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